¿Quién teme al ruso feroz?

Literatura y otros demonios

¿Quién teme al ruso feroz? ¿A quién teme el ruso feroz?

¿Quién teme al ruso feroz?
Volodimir Zelenski y Vladimir Putin, presidentes de Ucrania y de Rusia

Unas breves pero necesarias pinceladas históricas

¿Quién teme al ruso feroz? A pesar de que el objetivo de este artículo es presentar a quien se asome a él mi visión particular de lo que hoy está ocurriendo en Ucrania, creo que resulta imprescindible contextualizar, al menos lo imprescindible, el conflicto actual dentro de la historia de estos dos territorios.

Desde la llegada en el  siglo IX de los pueblos escandinavos que se hacían llamar «Rus», al noroeste de la actual Rusia para controlar a las comunidades eslavas, y su descenso por el río Dniéper hasta Kiev para hacerla su capital, los diversos avatares por los que ha pasado la región y sus habitantes, convulsos la mayoría de las veces, sirven en este caso de guía o hilo conductor hasta hoy. La élite nórdica se asimiló sin problemas a la población local, que comenzó a referirse a sí misma como «Rus». Moscú se fundará en el siglo XII en la frontera nororiental de ese incipiente Estado Rus medieval.

En el siglo XIII la federación de principados que conformaban ese incipiente estado, fue invadida por el imperio mongol. Aprovechando el declive del poder mongol, en el siglo XIV, el Principado de Moscú, junto a otros aliados, dividió las tierras Rus. A causa de ello un gran grupo de personas, muchas de ellas siervos fugitivos y cosacos ucranianos, se desarrolló en la frontera sur de la actual Polonia, constituyéndose en fuerza de defensa frente a los ataques tártaros y turcos. Una revolución cosaca, en el siglo XVII, derivó en el establecimiento del llamado Hetmanato cosaco, una entidad autónoma bajo el reinado polaco, pero independiente del mismo en la práctica. En busca de aliados contra Polonia, aceptará la protección rusa, consagrada bajo el mandato de Alejo I en el Tratado de Pereyáslav de 1654.

Una decisión que se demostraría nefasta, pues en 1709 tras fracasar el intento de romper con Moscú, las tierras cosacas fueron absorbidas por Rusia. ¿Fue este el primer hito en la historia común de Ucrania y Rusia? Probablemente sí. Aunque al final sería Catalina la Grande, quien reinaría durante 34 años, la que pusiera fin al Hetmanato cosaco, dando lugar con ello al nacimiento del nacionalismo ucraniano. (Esto último es mi opinión particular). En 1843, las autoridades rusas prohibieron la literatura en ucraniano y en 1876 el idioma ucraniano en todas sus manifestaciones.

Alejo I ¿Quién teme al ruso feroz?
Alejo I Zar de Rusia entre 1645-1676
Catalina la Grande
Catalina la Grande emperatriz reinante entre 1762-1796

Ucrania en el siglo XX

Mapa propuesta Ucrania
Mapa propuesto por Ucrania en la conferencia de paz De París 1919

A consecuencia del colapso político sufrido por Rusia en 1917 con motivo del periodo revolucionario comenzado en marzo de 1917 y la guerra, los patriotas ucranianos crean el Consejo Central que terminaría por convertirse en parlamento revolucionario. El gobierno provisional ruso le concedería la autonomía, pero los bolcheviques se negarían a reconocerla y la incluirían en el Estado Soviético. La guerra civil que vivió Rusia tras la revolución, en la que ninguno de los dos bandos contemplaba la independencia de Ucrania, ratificó su inclusión en el Estado Soviético en 1922. En los primeros años de la década de los treinta, Stalin volvió sobre la inconclusa tarea de acabar con el sentimiento nacionalista ucraniano.

 

Cuatro millones de ucranianos fueron víctimas del Holodomor o asesinato por inanición. Tropas a las órdenes del gobierno de Moscú arrasaron las cosechas de cereales y se llevaron las simientes almacenadas para evitar su resembrado. Stalin acabó también con la élite cultural ucraniana y comenzó a implementar en el imaginario popular la noción de los ucranianos como hermanos pequeños de los rusos. En 1945 la conferencia de Yalta entregaría los territorios polacos de etnia ucraniana a la Unión Soviética, dando lugar a una Ucrania de mayor tamaño. El sucesor de Stalin, Jruchov, proseguiría implacable el proceso de asimilación cultural rusa. Por otro lado, transfirió a Ucrania la República de Crimea, que había sido un territorio autónomo dentro de la URSS desde 1921.

Tras la caída del muro de Berlín en 1989 y el hundimiento de la URSS, un referéndum pondría fin a la unión de Ucrania con Rusia. Un tratado de 1997 garantizaría la independencia e integridad territorial de Ucrania hasta que saltó por los aires en 2014 con la ocupación de la península de Crimea por las tropas rusas.

¿Quién teme al ruso feroz?Tropas rusas en Crimea y rodeando Ucrania
Acumulación de tropas rusas en Ucrania y la península de Crimea

En la imagen de la izquierda podemos observar la distribución de las tropas rusas permanentes y las recién llegadas en septiembre de 2021 a la frontera con Ucrania, lo que hizo al gobierno ucraniano dar la voz de alarma y solicitar el apoyo internacional. Las agencias gubernamentales occidentales y ucranianas publicaron información sobre la acumulación de tropas y el diseño de infraestructuras para una inminente invasión. Empezaba así una larga partida de ajedrez sobre un tablero demasiado gastado por la historia. Rusia niega la mayor, la unión europea, como siempre, prefiere no darse por enterada pero comienza a hablar de sanciones económicas (algo que seguro hace temblar a Vladimir Putin), la OTAN se pone de perfil y solo Estados Unidos y Gran Bretaña parecen dispuestos a encarar con realismo la situación.

¿A quién teme el ruso feroz?

¿Quién teme al ruso feroz?La OTAN desde 1997

En la imagen superior podemos observar cómo la OTAN ha ampliado su nómina de miembros hacia el Este desde la descomposición del bloque soviético y de su contrapunto, el Pacto de Varsovia. Basta una somera mirada para comprobar cómo países de la órbita soviética antes de la caída del muro de Berlín como; República Checa y Eslovaquia (antes Checoslovaquia) Montenegro, Eslovenia, Croacia y Macedonia del Norte (antes Yugoslavia), Bulgaria, Albania, Rumanía y Hungría, han pasado a formar parte del antaño enemigo por antonomasia de la causa comunista. Por no hablar de países como Lituania, Letonia y Estonia, antiguas repúblicas socialistas soviéticas y hoy orgullosos miembros de la OTAN, a quien no dudan en reclamar el envío tropas a suelo patrio al sentirse amenazadas por la antigua madre patria. Ucrania es la última pieza del puzzle (Bielorrusia está bajo control ruso a través de un gobierno títere) para completar la expansión hacia el Este, reduciendo el espacio de influencia política de Rusia a su espacio geográfico. Llegados a este punto la pregunta ¿a quién teme el ruso feroz? ya parece más sencilla de responder. La respuesta es, a mi juicio, a la OTAN y por ende a Estados unidos y Gran Bretaña como máximos abanderados de la misma. Pese a ello, resulta llamativa la postura oficial de la OTAN al respecto. No enviará tropas a Ucrania por no ser un estado miembro, pero sus dos principales abanderados, sí lo harán. ¿Qué teme Putin? Que Rusia acabe convertida en un país intrascendente, al menos respecto de sus expectativas, en el tablero internacional y fuera de juego en la lucha entre China, Europa y Estados Unidos por el control económico y militar de las próximas décadas.

¿Quién teme al ruso feroz?

Europa antes de 1991

La respuesta a la pregunta del encabezamiento creo que se deduce a simple vista. Esos mismos países que durante más de cuarenta años fueron víctimas de la dictadura soviética,  bien como antiguas repúblicas integrantes de la URSS o como países satélites, temen y mucho al ruso feroz. A fecha de hoy todos ellos son repúblicas independientes que pretenden seguir siéndolo a toda costa. Solo por ese deseo de mantener una independencia conquistada tras largos sufrimientos y represión, tanto autóctona como soviética, (invasión de Hungría 1956, y de Checoslovaquia 1968), se justifica, en mi opinión, su anexión a la OTAN. Por otro lado, aquellos que fueron sus vecinos y sufrieron las consecuencias de ello en mitad de una guerra fría en la que la única certeza era que todo podía volar por las aires en cualquier momento, entran en comunión con los primeros en sus deseos de ampliar la OTAN hacia el Este tanto como sea posible, a fin de mantener a Rusia cuanto más lejos de sus fronteras, mejor. La cuestión es saber hasta dónde están dispuestos, los unos y los otros, a llegar para lograr sus objetivos. ¿Será finalmente invadida Ucrania por Rusia? Si llegara a ocurrir, ¿Estados Unidos y Gran Bretaña entrarán en guerra directa con Rusia? Véase que no cito, deliberadamente, para nada a la Unión Europea, pues tengo claro que no deja de ser un club financiero cuya seguridad está subcontratada a Estados Unidos. ¿Precio? Lo desconozco, pero seguro que muy caro.

Una visión personal y un pequeño homenaje

Pasado y presente del comunismo
Pasado y presente del comunismo

La imagen superior recoge las figuras de Stalin y Mao Tse-Tung en blanco y negro y de Vladimir Putin y Xi Jinping en color. Líderes rusos y chinos del pasado y del presente. ¿Qué tienen en común? En mi opinión algo les caracteriza a los cuatro. La ambición sin límites y la total falta de escrúpulos para conseguir sus objetivos. Obviamente hay diferencias. El paso del tiempo no solo tiene la capacidad de colorear las imágenes, sino que también es capaz de hacer pasar por democracias lo que no lo son, al menos en el sentido más estricto del término, como Rusia, y de revestir de ciertos ropajes y abundante maquillaje a una dictadura como la china para tratar de hacerla parecer amable a los ojos del observador. En mi particular opinión, el deseo de Putin es regresar a las fronteras soviéticas, reducir al resto de Europa a un mero gestor económico, papel en el que se encuentra muy a gusto y convertirse en la potencia hegemónica de la Europa continental. Volver así, de algún modo al modelo de bloques, aunque en la actualidad deba incluir, a la fuerza, al gigante chino, hermano pequeño y ninguneado, por cierto, por el comunismo soviético durante décadas. Cuando escribo esto, última semana de febrero, la incertidumbre es grande, Estados unidos dice haber interceptado la orden de Putin de invadir Ucrania y envía tropas a la frontera de Rusia con Ucrania, pocas de momento, Gran Bretaña ha hecho lo propio y la Unión Europea, a lo suyo, o sea a nada. Bien, llegados a este punto solo he hablado de historia, geopolítica y estrategias de todo tipo, cuyos principales protagonistas no son otros que quienes están dispuestos a mandar al matadero a cuantas personas sean necesarias para satisfacer sus deseos, su ego y su miseria moral. Es momento de poner el foco en otro sitio.

No quiero cerrar el artículo sin hacer referencia a los mártires de esta y de todas las ambiciones desmedidas de cuanto tirano político ha pisado la faz de la tierra. Los pueblos. En este caso el ucraniano, antes el polaco, el alemán, el propio pueblo ruso, el italiano, el español y otros tantos olvidados en África y Oriente, pueblos, muchos de ellos, de los que no se habla en los telediarios y menos en los libros y jamás se hablará. Quiero desde este modesto blog rendir homenaje a todos ellos, sufrientes silenciosos de tantas historias de locura y sinsentido. A todos ellos, sobre cuyos hombros siempre acabará triunfando la libertad, les dedico esta pequeña entrada. 

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